En el ambiente industrial hay una idea de ironizar determinado posicionamiento ideológico de la sociedad actual, que realiza una crítica dirigida a la industria, a la vez que se produce la utilización diaria de objetos salidos de ella. Cuando se produjo la primera revolución industrial, surgió una actitud crítica al respecto, procedente de determinados sectores intelectuales de la burguesía. Éstos estaban en contra de la industria, debido a que había producido la alienación del hombre; el obrero del suburbio estaba mal visto, mientras el entorno rural era idealizado. Fue una posición de crítica-idealización, desde el desconocimiento de ambos ambientes, que se dio sobre todo en el periodo romántico. Actualmente este pensamiento ha llegado a nuestros días, pero adaptado a la sociedad actual, como podemos ver en las diferentes opiniones que se pueden ver "a nivel de calle". Es una crítica a lo industrial, lo tecnológico, desde una visión idealista, que no es consecuente con sus actos, ya que diariamente se produce la utilización de lo que por otro lado se critica. Crítica sí, pero consecuente con sus actos. Siguiendo la idea de ironización de este posicionamiento, la composición del ambiente industrial, se "pone de lado de la industria" en el sentido de que de alguna manera la humaniza, como si de un personaje se tratara. El objetivo es que el espectador se identifique con la máquina, que no la vea como algo frío, ajeno, mecánico. Transformar esa mecanicidad en percepción de fuerza, potencia, ritmo y energía; sentir todas estas sensaciones, pero no como espectador desde fuera, sino desde dentro de la misma máquina, en una identificación del que escucha con lo que esté siendo representado, y en la transmisión de la energía de lo representado al espectador.
Música: Rosamérica Urtasun